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lunes, 4 de junio de 2012


El escaparate aplasta narices



No es que sea una tienda espectacular , ni que tengan un genero exquisito , no que va , es una vieja y mugrienta droguería de barrio , de esas con fachada de madera y carteles de otros tiempos , pintados por un tipo que o cría malvas o hace ochos con un bastón en la arena de un parque , y tampoco es una de esas tiendas donde una vez al día viene el empleado de una empresas de limpieza de cristales y con un virtuosismo desmesurado le pega una limpiada que dan ganas luego de plantarse delante y sacar la lengua y darle un buen lametazo , como a un helado transparente y fresco , como a una pared de hielo pulido , pues no , tiene tanta roña que las esquinas de la luna marranean , y en la base del escaparate se agrupan diversos cadáveres resecos , casi huecos , de polillas, moscas grandes y mosquillas pequeñas ,donde se enseñan mistoles en diferentes tamaños y presentaciones, legías Neutrex , cepillos de cerdas (esto siempre me ha interesado , sobre todo saber quien le puso ,cerdas a esos pelos duros del cepillo) , escobas , montañas de papel higiénico de doble capa , y si tienes suerte un dispensador de gel para el baño en forma de elefante o de señor gordo en la bañera , eso en el grande , porque al otro lado del portalillo de entrada a la tienda hay otro escaparate , alargado y triste , a veces con unos , mas mugrientos aun , estantitos de cristal sujetos por unos ángulos de latón , donde el tendero con gran esmero ha colocado , unas latas de betún Kiwi , unas esponjitas limpia botas muy aparentes que te dejan las uñas negras , tintes naturales y carteles , muchos carteles , este escaparate se llama “Escaparate de no sé que poner dentro” , entonces el tendero siente cierto estrés por colocar allí , LO QUE SEA y los carteles parecen una buena solución , muestrarios de pinturas Bruguer , colocadas en abanico , listados de impresora con diferentes servicios , tipo “Se hacen llaves” , y después añade , “De coche y mandos a distancia” , dudas de la pericia del droguero para “Hacer mandos a distancia” , pero también eres benevolente y sabes que solo es una cuestión sintaxis , también encuentras carteles “De relleno” que pone ,” gomas para olla” , carajo , jamás he comprado una “Goma para olla” , y decides quedarte un rato en el escaparate , disimulando mientras decides de qué color te gustaría pintar algo , lo que sea ,mirando el muestrario de pinturas Bruguer ,con la esperanza de que aparezca , que seguro que lo hay , el comprador de una “Goma para olla”, no aparece.

Sin embargo una señora taponcete entra en la tienda , entonces ocurren dos cosas ,la primera , el sonido de la puerta , es un clamor de cosas raras , un muelle que no se sabe muy bien para qué sirve , quizá para controlar el ímpetu de tu entrada en el establecimiento , otro muelle que se supone que cierra la puerta de manera suave y controlada , pero que se atasca a mitad y la deja entre abierta , y después la campanilla , tiene más grasa que los bajos de un bus de la EMT , pero aun suena , clamando justicia para las campanillas pre jubiladas , y sin ser atendida por sus maltratadores , pero si ,escuchada por los clientes , que estoy seguro se sienten identificados con su lamento , bueno después ocurren más cosas , sobre todo el olor , recordemos que la puerta no se ha cerrado y de dentro escapan gases extraños como ventosidades de un gigante o de un zepelín , el caso es que la amalgama de olores forma un todo descriptible , es algo así , una ensalada de olor a Don limpio , moho de estantería con carcoma , cajas de cartón , Cristasol del de antes , aguarrás y sudorcillo rancio , almacenado en años y años de tendero policromatico en matices y aromas , es algo así , y si te pones exquisito encontraras algún matiz a bata de andar por casa de señora gordita y tapóncete tipo abuelita entrañable , con colonia a granel , y si quieres , quizá una pizca de blanco de España y añil.

Y luego el dialogo , es lo mejor , yo disimulo , hago ver como si leo los carteles , mientras escucho,  goloso de costumbrismo mañanero de barrio.

   -Hola Gaspar , ¿Cómo esta Antonia?.

   -Bien , doña Agripina , ya no baja a atender , dice que por la ciática , ¿Y don Zacarías ?  , búa , lo menos hace tres meses que no le veo.

   -Pues allí esta , sentado en la mesilla , con el ABC , y sus manías.

   -Bueno , ¿Qué le pongo?.

   -Pues quería desatascador para el retrete.

   -Ahora mismo , Doña Agripina , aquí lo tiene , ¿algo más?.

   -No Gaspar , nada más , que no están los tiempos….

   -Que me va a decir a mí.

   -Pues  sí , pues si , ale a seguir bien , y salude a Antonia.

   -Y usted a Zacarías.

La abuelita sale de la tienda , no sabe que el bote de desatascador Jhonson ,que lleva se puede utilizar como ingrediente en una bomba casera , Gaspar el tendero , parece que tampoco lo sabe , yo insisto con los carteles del escaparate pequeño ,y paso desapercibido.

Más tarde me decido por averiguar algo del interior , no quiero pasar , tendría que comprar algo y no quiero nada , además me deprimen estos sitios.

Me acerco al palco principal , al escaparate grande , y me sitúo en la mejor butaca , en el centro , junto a una pila de cubos rojos de fregona , parecen golosinas gigantes , ¿Por qué los hacen tan apetitosos? , son cubos de fregar no tartas de la selva negra , pero en fin , no veo nada , la oscuridad reinante en el mundo droguero impide realmente ver lo que pasa dentro , solo se ven tenues reflejos de un fluorescente encima de un largo mostrador de madera , pego un poco la punta de la nariz en la luna del escaparate , noto la nariz fría , la mía es grande y tengo una especie de bolinchon al final que me da cierto aire Depardieu , pero no tan grande , sigo sin ver una mierda , mierda sí , es evidente aun sin pegar la nariz , pero quiero saber más , ¿cómo es el droguero? , quiero imaginar a Antonia , saber ¿Por qué ya no quiere atender? , aunque sea por la ciática , desde luego, me lo puedo imaginar , pero no , lo quiero de primera mano , arrimo mas la cara a la luna y mi nariz , que es de cartílago  digamos  bastante blandorro se deforma un poco, intentando adaptarse a la superficie plana y cristalina de la luna , se ve algo mas , puedo ver a un hombre alargado , con gafas muy grandes de pasta y con bata blanca , pego mas la cara , pero miro de reojo por si alguien me sorprende en tan ridícula postura , mis labios se deforman un poco y se abren,  dejando una pequeña mancha de baba en la luna y trasmitiendo está un poco de su suciedad a mis labios , que asco , pero estoy como drogado , atrapado , me doy cuenta de lo estúpido de la situación pero no lo puedo evitar , de pronto horrorizado descubro que me mira un niño pequeño desde su altura bajita , yo sigo adherido a la luna e intuyo que mi cara ya está muy deformada , es como cuando haces esa gracia y alguien te ve desde el otro lado , pareces un sapo aplastado contra un avión que despega , pero en este caso no es voluntario , ya no , al menos no puedo despegarme del escaparate , estoy atrapado. El niño pequeño sale corriendo gritando –Mama , mama , mira un loco- , la mama le dice -Ven hijo ven , a ver si te va a morder- , Dios mío hace unos minutos yo era un señor normal , la gente me decía buenos días y esas cosas , ahora temen que les muerda a sus retoños ¿Qué está pasando?.

En mi lucha para deshacerme de la luna del escaparate veo al droguero en su interior , baila  un curioso baile , saltando sobre una pierna y haciendo cosas con las manos , después veo un cartel luminoso encima de las estanterías de madera , repletas de productos clásicos de una droguería , en el artefacto luminoso aparece en rojo el numero 54 , podía pensarse que es para coger la vez , pero por cómo se comporta el droguero bailarín intuyo que es un contador de narices aplastadas , de pronto el tío deja de bailar a lo largo de la tienda y se planta delante de mí , sonríe y me dedica un extraño baile de claque , después presiona un botón gordo y rojo que hay en el mostrador , el 54 se convierte en un 55 mediante un cambio de palitos de esos que forman los números ,. Y mi mejilla y mi nariz suena FLuoooop y se despega como esos artefactos para poner en las lunas de los coches que se sujetan al vació y que hay que lamer previamente , yo me separo asustado de la luna del escaparate y tambaleándome marcha atrás , y acabo sentado en un banco que hay en la calle frente al escaparate , me toco la cara , esta fría , fría y plana , mi cara conserva la forma adquirida cuando me aplaste sobre la luna de cristal , palmoteo mi cara asustado intentando ver con el tacto  , entonces me doy cuenta de que hay un gran espejo en el centro del escaparate , tiene un marco dorado y es muy barroco , en la parte de abajo pone en letras labradas en la madera que acompañan la forma ovalada del marco , “Especial para narices aplastadas” , juraría que antes no estaba allí , me levanto y me miro , es terrible , mi cara es tan grotesca que tengo la seguridad de tener trabajo en el circo para siempre , de pronto noto la presencia de alguien detrás de mí , es una chica , muy elegante y con una melena rubia espectacular , la veo por el espejo , me siento incomodo porque pienso que se va a reír de mi , de pronto levanta la cara , casi me rio yo , pero no , su mueca es mas aplanada que la mía , me siento junto a ella , me mira y me tiende la mano , de manera muy nasal , casi no la entiendo , me dice.

  -Me a mo o la.

La he entendido , me dice que se llama Lola.

   -o me a mo C  los. (Me llamo Carlos), le digo yo , escuchando mi propia voz y siendo en ese momento consciente ,de un problema adicional , no puedo hablar porque parezco un tonto de baba.

Nos miramos con tristeza , ella me dice que ha venido a comprar una crema especial para “Desaplanar narices” , dice que es muy efectiva , los dos nos levantamos del banco y entramos en la tienda , al pasar por la puerta me fijo en el escaparate , no hay espejo , mi voz suena como siempre y la chica que tengo al lado , muy guapa , compra una colonia de Roverto & Verino , ella no está deformada , aunque juraría que es la chica de fuera , ella paga y se va , me toca , el droguero me sonríe como diciendo , o me compras algo o te aplasto la nariz , compro una colonia de Loewe , para Marta , nunca es mal momento para un regalo , salgo y me toco la cara , todo parece normal , miro atrás como si alguien me persiguiese , no sé ,  un droguero aplastador de narices y bailarín y corro , y no paro de correr en dos manzanas , voy tocándome la cara y cerciorándome de que sigo siendo yo , mientras pienso , ¿Quién te manda pegar la nariz en una droguería?.

Iñaqui Junquera

Cuento

Fin.

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